miércoles, 31 de diciembre de 2014

NO TENTARAS AL SEÑOR TU DIOS

NO TENTARÁS AL SEÑOR TU DIOS

Situación o problema: ídolos ‘pequeños’ y escondidos dentro del corazón de la iglesia del Señor Jesucristo en Venezuela en 2014.

Referencia bíblica: Lucas 4.12, Deuteronomio 6.13-25, Nehemías 9.

Solución: arrepentimiento total.

Introducción:

            Los venezolanos cristianos (creyentes en Cristo), pertenecientes a la iglesia del Señor Jesucristo en Venezuela, y congregados a Su nombre, tenemos mucho tiempo preguntándole al Señor ¿Por qué nos ha venido todo esto? ¿Hasta cuándo Señor? Por amor a Tus escogidos, Señor, ¡sálvanos!  

Sin embargo, la mayoría de nosotros hemos albergado en nuestros corazones (es decir, nuestra mente y pensamiento), ÍDOLOS que han ofendido a nuestro Dios.

Desarrollo:
En Lucas 4, ¿cuál es el escenario? Jesús había ayunado por 40 días y noches y tenía hambre, y de seguro su cuerpo estaba débil. Satanás aparece y le provoca con 3 cosas, las que Jesús vence usando la Palabra de Dios. En la segunda de las tentaciones, el diablo le ofrece a Jesús ‘todos los reinos de la tierra’ – ¿la única condición? “…si postrado me adorares todos serán tuyos…” Jesús le respondió: “¡No tentaras al Señor tu Dios!”

En Deuteronomio 6, donde está la referencia Escritural que utilizó Jesús, se demuestra claramente que Dios es sólo UNO  y que El es el ÚNICO digno de ser adorado y servido. (vs.15  Porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; no sea que se encienda el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la faz de la tierra.”)

El pueblo de Dios, Su iglesia en Venezuela, ha cedido a muchas tentaciones idolátricas que han ofendido al Señor, y creo que podríamos decir que TODOS           y CADA UNO de NOSOTROS hemos caído en esa sutil tentación satánica.
Te preguntaras ¿Cuándo y en qué momento? Revisemos un poco nuestras actitudes, reacciones, palabras, y compartires en las redes sociales, el tema repetido de nuestras conversaciones diarias, etc. de los últimos años.

Para algunos de nosotros esta idolatría abarca más de 10 años.  ¿De qué cosas hemos hablado mayormente? Si somos sinceros tenemos que admitir que la política del país y las consecuencias de ella, ha ido escalando en nuestras vidas poco a poco, pero tomando más y más terreno en nuestros corazones.

¿De qué hablas todos los días? Si te escuchas a ti mismo hablar con honestidad, podrías decir que todos los días al menos ¿nombras un producto de consumo que haya subido de precio? ¿Nombras a algún político de cualquier color? ¿Hablas de los que han emigrado? ¿Hablas de tus deudas? ¿Te preocupas y afanas por alguna u otra cosa? ¿El crimen en Venezuela te asusta? ¿Habrás hasta pensado en consultar el horóscopo para saber qué decisión tomar? ¿Practicas yoga para relajarte y ‘botar el estrés’? ¿Estás involucrado fuertemente en el área del sexo ilícito, o de la moda extrema? ¿Sientes que el estrés es algo muy importante en tu vida? ¿Sigues las doctrinas del hombre que predica lo fácil?

Si la mayoría de tus respuestas a estas preguntas en un sí, entonces has sucumbido a la tentación de Satanás de postrarte ante él, y adorarlo. Abriste una gran brecha en tu vida que está acabando cada día más con tu paz, con tu fe en Dios. Ya casi estás pensando que Dios se endureció y ya no te ama ni a Venezuela; que está siendo casi injusto, que no quiere escuchar; y te preguntas dentro de ti de la misma manera que lo hizo el salmista en Salmo 44.24 “¿Por qué escondes Tu rostro y te olvidas de nuestra aflicción y de la opresión nuestra?”

Si estás en esta situación, en a misma que yo me sentí muchas veces ¿qué necesitas hacer, iglesia de Cristo en Venezuela? ¿Qué necesitamos hacer hoy?

Leamos en Esdras 9.1-3: “Y acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y levitas, no se han apartado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, y moabitas, egipcios, y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de sus hijas para sí y para sus hijos, y la simiente santa ha sido mezclada con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en esta prevaricación.  Lo cual oyendo yo, rasgué mi vestidura y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito.

5-10: “Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción; y habiendo rasgado mi vestidura y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios,  y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo. Desde los días de nuestros padres hasta este día estamos en gran pecado; y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes, y nuestros sacerdotes, hemos sido entregados en manos de los reyes de las tierras, a espada, a cautiverio, a robo, y a confusión de rostro, como en este día. Y ahora por un breve momento se mostró la gracia de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos estaca en su lugar santo, a fin de alumbrar nuestros ojos nuestro Dios y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre. Porque siervos éramos; mas en nuestra servidumbre no nos desamparó nuestro Dios, antes extendió sobre nosotros su misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios, y para restaurar sus ruinas, y para darnos muros en Judá y en Jerusalén. Mas ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? porque nosotros hemos dejado tus mandamientos.”

13-14: “Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro grande delito, ya que tú eres nuestro Dios, nos has castigado menos de lo que nuestras iniquidades merecieron, y nos has dado tan grande liberación: ¿Hemos de volver a infringir tus mandamientos, y a emparentar con los pueblos de estas abominaciones? ¿No te ensañarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara remanente ni quien escape?

En verdad, también todo el capítulo 9 de Nehemías es digno de ser leído en oración, en intimidad con Espíritu Santo, meditando en cada cosa que nombra Esdras en esta oración, ya que podríamos cambiar los nombres de algunas cosas y personas, pero la idolatría de hoy día es la misma que la de aquellos en Israel en ese tiempo.

Pero ¡gloria a Dios! No nos quedamos sin ayuda porque nuestro Dios creador de todo, YHWH, nos da la absoluta SOLUCIÓN  a este dilema. Cuando leemos en 1 Juan 1.5-10 y 2.1-6, encontramos la salida provista por el Señor Jesús al morir para redimirnos del pecado y resucitar para justificarnos delante del Padre celestial.
Entonces veamos paso a paso lo que nos tocaría hacer:

1.      ADMITIR:
Lo primero que hay que hacer es ADMITIR que hemos pecado todos y cada uno de nosotros. No se trata de buscar alrededor a ver quien pecó: los de tu familia, los políticos, los demás para decirles U PECASTE, ES TU CULPA. Más bien es crucial ADMITIR como iglesia que como el cuerpo de Cristo que somos todos los creyentes en El, HEMOS PECADO idolatrando las cosas del mundo, los afanes, las preocupaciones, la política, el crimen, la emigración, etc.
Cuando TODOS JUNTOS ADMITAMOS nuestro pecado, ¿qué sigue?

2.      CONFESAR:
Dice el vrs. 9: “Si CONFESAMOS… Este es el segundo paso: confesar nuestro pecado de idolatría contra Dios, ¿cuál será (no sería sino SERÁ) el resultado? “…El es fiel y justo para PERDONAR nuestros pecados y limpiarnos de TODA maldad.”

Iglesia de Jesucristo en Venezuela ¿qué harás hoy con Cristo? ¡No puedes ser NEUTRAL! Jesús dijo en Lucas 11.23 “El que no es conmigo, contra mí es, y el que conmigo no recoge, desparrama.”

Oremos. Quien desee ser parte de este arrepentimiento, ore conmigo esta oración, de la manera que nuestro Señor Jesucristo la enseño en Mateo 6.9-13:

“PADRE Y SEÑOR NUESTRO QUE ESTAS EN LOS CIELOS, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE. VENGA A NOSOTROS EN VENEZUELA TU REINO. HÁGASE TU VOLUNTAD COMO SE HACE EN EL CIELO, ASÍ SEA HECHA EN VENEZUELA. EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, TU PALABRA, DÁNOSLA HOY TAMBIÉN, Y PERDÓNANOS, SEÑOR LA OFENSA DE IDOLATRÍA QUE HEMOS COMETIDO CONTRA TI, COMO PERDONAMOS NOSOTROS A NUESTROS ENEMIGOS QUE NOS ATRAPARON EN ESA IDOLATRÍA. Y NO NOS DEJES CAER EN ESTA TENTACIÓN DE NUEVO, SEÑOR. LíBRANOS DE TODO MAL, PORQUE SOLAMENTE TUYO ES EL REINO, ES TODO EL PODER, Y ES TODA LA GLORIA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS,  ¡AMEN!”